Parece ser que hoy en día vivimos en un mundo en el que muchas herramientas buscan acortar el camino natural de las cosas. Esto, como todo, tiene sus pros y sus contras. Lo malo es que se están creando ciudadanos que no tienen paciencia, que viven en la gratificación instantánea y no saben valorar el largo plazo de las cosas.
Hoy, debido a las redes sociales, este tema ha empeorado. Por supuesto, como pedirle a alguien que se la pasa 5 horas en TikTok en promedio todos los días y observando videos de segundos, que se concentre en alguna actividad de 1 hora enfocado plenamente.
Es como difícil, ¿verdad?
Por mi parte, siempre he sido un lector que desde hace 3 años comencé el hábito de la lectura diaria, con libros de infinidad de temas.
La lectura requiere dedicación, paciencia, concentración, interpretación de todo lo que vas leyendo y una desconexión total para que sea realmente agradable. En mi caso, lo suelo hacer 1 hora diaria, apenas me levanto, ya que siento que mi cerebro está en plena forma y con la mejor energía para la lectura, y es una buena forma de comenzar el día.
He observado recientemente que existen los audiolibros y es como todo, una herramienta para muchas personas y es muy bueno, pero también he observado que ahora hay personas que creen que escuchar es igual a leer un libro, y déjame decirte que no es lo mismo.
Control de ritmo. Cuando lees un libro físico, puedes controlar tu propio ritmo. Puedes leer tan rápido o tan lento como quieras, y puedes hacer pausas para pensar, tomar notas o hacer otras cosas. Con un audiolibro, estás limitado a la velocidad a la que habla el narrador. Si el narrador habla demasiado rápido, puedes perderte, y si habla demasiado lento, te puedes aburrir.
Interacción con el texto. Cuando lees un libro físico, puedes interactuar con el texto de varias maneras. Puedes subrayar, anotar y hacer marcas en el texto. También puedes volver a leer las partes que no entiendas o que te interesen especialmente. Con un audiolibro, no puedes interactuar con el texto de la misma manera. Puedes hacer marcas en tu dispositivo de audio, pero no puedes subrayar ni anotar el texto. Esto puede dificultar la comprensión y la retención del texto.
Imaginación. Cuando lees un libro físico, tienes la oportunidad de crear tus propias imágenes mentales de los personajes, las escenas y la trama. Con un audiolibro, las imágenes mentales se crean por ti a partir de la descripción del narrador. Esto puede ser menos efectivo para algunas personas, ya que no pueden controlar completamente cómo se presentan los personajes y las escenas.
Aislamiento. Cuando lees un libro físico, puedes aislarte del mundo que te rodea y concentrarte en la historia. Con un audiolibro, puedes seguir haciendo otras cosas mientras escuchas, como conducir, cocinar o hacer ejercicio. Esto puede ser una ventaja para algunas personas, pero también puede dificultar la concentración en la historia.
No pretendas decir que leíste un libro solo por escucharlo, porque no son las mismas actividades y mucho menos ver algun resumen.
No confundas la vía fácil con la vía que requiere un poco más de esfuerzo.
Hay muchas cosas en la vida que funcionan de esta forma y debes de tener cuidado con caer en estas trampas de las facilidades por sobre el esfuerzo.
No te engañes a ti mismo eligiendo el camino facil con las cosas que haces en tu vida, porque la vida no funciona asi.
Y pagaras las consecuencia con este pensamiento de facilidades, bien sea que nunca obtengas lo que te propongas o que nunca puedas estar al nivel de los que si hacen el esfuerzo que se requiere.
Se el segundo por favor.
Espero todas mis palabras te puedan ser de ayuda y ejemplo en tu vida.
Gracias por leerme.
Si tienes algún comentario, házmelo saber en mi Twitter: @Acostavre
Siempre intuí que esto era cierto, pero no sabía por qué.