La Falta de compromiso con uno mismo: Un camino hacia la infelicidad. #[27]
Desde hace 1 año aproximadamente vengo implementando rutinas en mi vida de manera diaria. Me he dado cuenta de que crear rutinas es una de las cosas más difíciles que se tiene como humano, a pesar de que estas aportan gran valor a mi vida. Hay días en los que simplemente no quiero hacerlas y lucho para que esto no se vuelve una práctica recurrente, sin ser muy consciente, se desembocaria en un gran problema a largo plazo.
Comprometerse con uno mismo es hacerlo con los propios sueños, metas y valores. Es un componente clave para una vida plena y feliz. Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para mantener este compromiso personal y esto puede ser un camino seguro hacia la infelicidad y la falta de realización.
¿Qué significa comprometerse con uno mismo?
Significa tener una visión clara de lo que es importante para ti y lo que quieres lograr en la vida. Significa actuar con integridad y mantener tus promesas a ti mismo. Es vivir de acuerdo con tus prioridades y mantenerte enfocado en tus metas a largo plazo. Cuando te comprometes contigo mismo, tienes autodisciplina y te responsabilizas de tu propia felicidad y bienestar.
Sin embargo, para muchos, es fácil dejarse llevar por las distracciones y los placeres a corto plazo. Podemos fácilmente abandonar nuestras prioridades y visiones, y romper las promesas que nos hemos hecho. Esto conduce a sentirse desanimado, desmotivado y falta de dirección. Podemos terminar sintiéndonos abrumados por los arrepentimientos y la sensación de no haber aprovechado nuestro potencial.
Caer en el ciclo infinito.
Romper ese compromiso que tú mismo te habías impuesto es algo muy fácil de realizar, pero no hay nada más triste que mentirte a ti mismo.
Y comienza por cosas sumamente sencillas en tu vida diaria, aca de te brindo unos ejemplo:
Vas a despertarte todos los dias a las 7 de la mañana:
Listo, ya está decidido y estás motivado. Quieres aprovechar más la mañana y sentir que eres más productivo en tu día. Te duermes motivado. Llega el día y resulta ser que aún tienes sueño y mucho. Esta vez logras hacerlo, te levantas y lo haces. ¡Qué bien! Y así llegas y lo haces 4 días seguidos.
Llega el 5to día y tienes un sueño abrumador, sientes que aún necesitas dormir y no te importa nada más que dormir.
Entras en una lucha interna entre tu mente y tus motivaciones y te puedo decir que cuando ingresas ya a esta lucha mental, ya has perdido.
Ahora comienzas a autojustificar tu indisciplina y dices: “No importa, mañana sí lo haré y listo, no ha pasado nada”. Tu mente le ganó a la motivación. Crees que no ocurrirá pero créeme, ellos volverán a luchar próximamente y así pasan días hasta que en la próxima despiertas y vuelves a tener la misma lucha mental. Tu mente autojustificándose de por qué debes quedarte durmiendo: “Lo mereces, estás cansado, te hará bien” y cualquier tipo de objeción para que no te levantes. Y tu motivación está consumida por el tiempo, la cual se agota con cada día que pasa. Ya no tiene muchas ganas de luchar, se deja ganar fácilmente y tú sigues durmiendo plácidamente.
Pasa un mes y en realidad comienzas a hacer cuenta de que en realidad solo pudiste mantener tu compromiso 2 semanas y el resto de las semanas buscaste excusas diariamente para no levantarte a dicha hora.
Esto te hace sentir mal, golpea tu ego de compromiso y esto no se siente nada bien. La autodecepción está en ti. Prefieres no seguir con ese compromiso, te autojustificas que eso de andar levantándose a las 7 no es para ti.
Y así dejas de intentarlo y con esta idea te quedarás toda la vida: “No eres bueno para eso”, cuando en realidad no luchaste de manera correcta y consistente.
¿Que sucedio?
La falta de conocimiento ha llevado a la persona de dicho ejemplo al fracaso sin darse cuenta.
Si pretendes tener la rutina de despertar a estas horas, no puedes estar durmiéndote a la 1 de la mañana.
Más importante que despertarse a dicha hora, lo era el acostarse a una determinada hora. Andar dormido ya a las 10 de la noche era lo más ideal.
No se trata de ser totalmente rígido. En realidad, nadie puede serlo del todo. Te puedes permitir alguna excepción 1 día y no debes sentirte mal por esto. Pero si esto se hace de manera recurrente ya tienes un problema y terminará mal para ti.
Al final, esta persona está decepcionada de sí misma, pero no se da cuenta de que en realidad muchos factores conllevaron a esa decisión de no intentarlo más y he allí el error más grande: pensar que no puedes intentarlo de nuevo.
Los pequeños propósitos son igual de importantes que los grandes.
Quieres comprometerte a llegar al trabajo todos los días más temprano. Bien, repito, es algo irrelevante quizás, pero si no eres capaz de comprometerte a ti mismo con esto tan básico, tendrás muchos problemas con cosas más grandes en todos los aspectos de tu vida.
Comprometerse contigo mismo requiere esfuerzo y práctica constante. Requiere fortalecer el autoconocimiento, clarificar tus valores fundamentales y desarrollar el hábito de la autodisciplina. Si bien el cambio no ocurre de la noche a la mañana, es posible fortalecer el compromiso personal con el tiempo y la dedicación. Al hacerlo, encontrarás tu camino hacia una vida más plena, placentera y de impacto. Mantenerte fiel a ti mismo es el camino hacia la felicidad y el éxito duraderos.
Ser consecuente con lo que dices y haces es algo más gratificante y te brindará buenos resultados en todo lo que haces. Deja de ser el promedio de personas que no se puede cumplir ni a si misma.
Tu eres diferente.
Espero todas mis palabras te puedan ser de ayuda y ejemplo en tu vida.
Gracias por leerme.
Si tienes algún comentario, házmelo saber en mi Twitter: @Acostavre